A pesar de que hace ya unos meses que Pablo disfruta de su manta, todavía no la había presentado en sociedad.
Tengo que decir que fue una locura. No se me ocurrió otra cosa que decidir hacerla de un día para otro. Así es que abrí corriendo mis cajas de telas y comencé a buscar hasta encontrar el panel que llevaba esperándome desde Creativa del año pasado y otras telas con las que completar el conjunto. Y asñi fue como lo que en cualquier otra situación me habría hecho pasar unas tardes entretenidas se convirtió en una maratón de costura. ¡Hasta mi chico acabó cortando telas!
Aún así pasé una tarde estupenda rodeada de hilos y retales.
Antes de nada tengo que decir que ya se por qué dicen eso de que las prisas no son buenas. Con la emoción de ir a enseñársela a mi gordi se me olvidó hacer una foto de la manta completa así es que esta está hecha con el móvil.
Ahora os dejo con los detalles. Estos sí con mayor calidad.
Y como siempre lo mejor fue ver la cara de Pablo cuando la vio. No le quitaba ojo de encima. Y como podéis ver en la última foto enganchó el cojín (leva cascabeles) y no lo soltaba ni a la de tres. No fuera a ser que alguien se lo quitara.
FELIZ SEMANA
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